lunes, 5 de diciembre de 2011

CAPITULO 3

Era el día. Manoseé mi reliquia (un colgante antiguo con forma de búho) con nerviosismo. Mis padres iban vestidos de diario, pero yo llevaba el fabuloso vestido negro. Todos los padres de todos nosotros iban vestidos de diario, y todos nosotros íbamos vestidos de fiesta de emparejamientos antes de lo previsto. Habían tenido que hacer los vestidos a última hora, y ponerlos en los ayuntamientos el día anterior. Nunca había pasado igual. Pero todo salió genial. La cena estaba genial: de entrantes, panecillos salados con jamón y queso; de segundo, carne rebozada con sirope de caramelo y salsa de arándanos; de segundo, rape  a la salsa pesto con estrellas de queso azul y caramelo, y de postre, gofres con helado de vainilla y sirope de chocolate y creps de chocolate y nata.
-Bien -dijo una funcionaria bajita y de piel color café -, empezaremos llamando a las chicas, y después a los chicos.
En esos momentos mi corazón palpitaba desbocado, como un carruaje sin frenos. Crucé los dedos y cerré los ojos, algo impropio en personas que viven en la Sociedad. Mi madre me llamó la atención.
-Harriet Aabel -dijo la funcionaria. Una chica de cabello rubio y vestido rosa (¿el número 4?) se acercó a la pantalla negra. Su reliquia era una horquilla de plata, que llevaba colocada en el cabello, reteniendo el flequillo  ondulado. Entonces, un chico pelirrojo apareció en la pantalla. Los dos sonrieron, aliviados.
-Harriet Aabel, has sido emparejada con Kenneth Smith -dijo la funcionaria de piel color café, mientras le tendía una cajita plateada.
-Avery Applewhite -dijo. Yo busqué a Avery con la mirada. Su cabello color miel caía en forma de cascada, y sus ojos azules adornados con pecas estaban abiertos al máximo. Avery había pedido prestada su reliquia a su hermana, Lexa, y ésta era una pulsera con una piedra azul que quedaba fenomenal con su vestido de color azul oscuro. Se plantó delante de la pantalla, y al cabo de unos momentos, un chico rubio y de ojos azules, parecido a ella, apareció en la pantalla.
-Avery Applewhite, has sido emparejada con Roland Castro -sonrió la funcionaria, mientras le tendía la microficha.
Las chicas, con sus trajes de gala, subían a la palestra en orden alfabético, pero a los chicos los llamaban según la chica que les había tocado. Entonces, lo oí.
-Saskia White -dijo la funcionaria. Miré a mis padres y a Avery alternativamente. Subí a la tarima. La pantalla estaba negra. Contuve la respiración. Entonces, la pantalla se iluminó, y apareció un chico sonriente. Nos miramos aliviados. Era moreno de piel, de ojos grandes y de color chocolate, y cabello castaño por debajo de las orejas con flequillo torcido. Me puse roja como un tomate, y observé que él también se había ruborizado.
-Saskia White, has sido emparejada con Joel Wellington.

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En otro ayuntamiento cercano al estimado antes, un chico de piel morena y ojos color chocolate subía a la tarima donde estaba la computadora. La pantalla en negro le hizo que el estómago se le revolviera, pues se acordó de los agujeros negros que salían representados en los libros electrónicos. Sabía que la decisión de ese día era crucial, y marcaría toda su vida. De pronto, la pantalla se iluminó, y el chico intentó parecer lo más calmado posible. Hasta pudo esbozar una radiante sonrisa.
Pero lo que vio hizo que sus mejillas enrojecieran. La chica, de melena castaña, con tirabuzones que caían con gracia sobre sus hombros, y de ojos color avellana con tendencia a miel, era perfecta. Su nariz, chiquitita, y su piel, sedosa y blanca sin llegar a ser pálida, redondeaban un conjunto ya de por si delicioso.
-Joel Wellington, has sido emparejado con Saskia White.

domingo, 6 de noviembre de 2011

CAPITULO DOS

Miré los vestidos con cara rara. Ninguno me gustaba.
Quizá el rosa nº12... o el amarillo nº2...
No, muchas chicas estaban cogiendo esos.
Miré el verde nº7, pero me recordó a la Loma y decidí no cogerlo. Todos parecían haberlo olvidado, pero en mi cabeza seguía el recuerdo.
Entonces lo vi.

Era escote corazón, con una cinta de seda ciñendo la cintura. La falda de gasa suave llegaba hasta los pies, y caía con gracia. Era todo negro. Era perfecto.
-Mamá... -la llamé. Ella me miró. Sostenía uno muy soso de color azul. Yo le enseñé el negro, y me miró con precaución.
-Saskia, ¿te gusta de verdad? -me preguntó. Yo asentí y ella suspiró. Le pasó el código del vestido a la funcionaria que nos atendía, y con sorpresa, la mujer, joven y pelirroja, me entregó la caja marrón.
-Es extraño -me comentó con una sonrisa algo forzada -, tenías más probabilidades de elegir el verde nº 7, pero éste iba tercero en la clasificación, así que tampoco te has de preocupar -dijo. "Claro, pero yo todavía recuerdo lo que pasó, y es demasiado doloroso", pensé, mientras mi madre se despedía de la funcionaria.

Cogimos el tren aéreo hacia el Ayuntamiento, y allí, entregué a un funcionario del ala de Emparejamientos mi microficha. El hombre sonrió cuando le dije mi nombre.
-Ah, entonces tu padre es el directo del ala de Emparejamientos de éste Ayuntamiento, ¿verdad? -me preguntó. Yo asentí. Roald White era mi padre.
Salimos del Ayuntamiento, y mi madre me dio la mano.
-Mañana es el gran día.
Yo volví a asentir. Mañana era el gran día.

jueves, 27 de octubre de 2011

CAPITULO UNO

Caminábamos como ovejas, siguiendo al funcionario de Emparejamientos. Avery caminaba a mi lado, muy seria.
-¿Porque nos habrán llamado? -me preguntó. Yo no lo sabía, pero tenía una pequeña sospecha...
Volví a sentir esa opresión agradable en el pecho y me dije a mi misma que eso era imposible. Solo teníamos trece años...
-¿No crees que será por...? -empezó, pero todos nos callamos. El funcionario había abierto las puertas de plástico verde de la Sala de Actos de nuestro Ayuntamiento, y cientos de chicos y chicas de trece años de otros centros de primera enseñanza nos miraron con curiosidad. En silencio, nos sentamos, y otros funcionarios entraron en la sala. Una funcionaria alta y rubia encendió la terminal y la cúpula de nuestro Ayuntamiento apareció en la pantalla. El himno de la Sociedad retumbó por la sala, y las cúpulas de muchísimos ayuntamientos más aparecieron en pantalla. Después, la cara del Presidente de la Sociedad en primer plano.
-Por motivos que no voy a especificar aquí, la ley 3 párrafo 48-C queda anulada, y se sustituye por la ley que han propuesto los cargos mayores de las provincias de Oria y Edena: los individuos de trece años deberán ser emparejados de inmediato, a los diecisiete se legalizará el matrimonio y a los veintiun deberán vivir juntos en una de las casas fabricadas por nuestros arquitectos. Ésto hará que los nuevos individuos tengan una vida más llena y placentera con sus parejas. Por favor, ahora, los funcionarios y funcionarias os entregarán las microfichas que debéis rellenar con vuestros datos personales. Disculpen las molestias y que pasen una buena mañana.
Y otra vez salió la cabecera del principio. Cuando el video acabó, uno a uno, fuimos abandonando la sala. En la puerta, dos funcionarios nos repartieron las microfichas.

Mi corazonada había sido cierta.


Nombre: Saskia White Lopez.
Edad: 13.
Fecha de Nacimiento: 5 de junio (calendario de la Sociedad) 7 de junio (calendario médico)
Actividad de ocio favorita: natación.
Color favorito: azul.
Color de cabello: castaño.
Color de ojos: avellana.
Color de piel: blanco.
Peso: 47 kg.
Estatura: 170 cm.

Debajo, había que poner la foto de nuestra cara. Un poco nerviosa, coloqué la foto que me habían hecho en el centro de primera enseñanza. Salía seria, pero guapa, y no se me veía la peca en forma de estrella que tengo en el cuello. Lo descargué todo y lo metí de nuevo en la funda de la microficha. Palpé mi reliquia: un colgante con forma de búho que perteneció a mi bisabuela. Miré el tren aéreo despegar, y pensé... en quién sería mi pareja.